Hace un par de semanas, el senador, José Miguel Durana, denunció la sobreexplotación de pozos por parte de Perú en la zona del acuífero Concordia cuyas aguas forman parte de un recurso hídrico compartido entre Chile y Perú. Recopilando más antecedentes, el parlamentario conoció que esta problemática es más aguda y peor aún, se extiende a lo largo de la frontera.
En el territorio chileno aledaño a la frontera, se pueden constatar 7 pozos inscritos para el proyecto agrícola Pampa Concordia, de los que, efectivamente, sólo se usan 4 con cantidades limitadas, dando un uso racional a los recursos hídricos de la zona por parte de los agricultores que han convertido el sector en un vergel, pero aun así les escasea el recurso hídrico para seguir creciendo.
En el caso del territorio peruano, aledaño a la frontera, se registran, de conformidad a los propios registros peruanos, 1.400 pozos que explotan el acuífero Concordia, de los cuales 750 se consideran ilegales y 450 se consideran para uso agrícola. Esta sobreexplotación conlleva un alto riesgo de salinización y colapso del mencionado acuífero, poniendo en peligro la producción chilena.
AGUA PARA MINERIA
La mina de oro “Pucamarca” ubicada en el distrito de Palca, en la provincia de Tacna, cerca del límite chileno-peruana extrae aguas subterráneas que naturalmente fluyen hacia Chile y afecta de esta forma a la Cuenca del Río Lluta, recurso hídrico fundamental para el desarrollo agrícola de la región de Arica y Parinacota, amenazando la actividad productiva y sus recursos.
La irracional intervención de estas fuentes hídricas ha provocado también un grave daño a “Laguna Blanca”, situada en la frontera cuyas aguas han sido desviadas para aumentar el caudal del canal peruano de Uchusuma. Existe un equivalente de más de 500 canchas de fútbol que antes estaban cubiertas de agua y hoy están secas.
CEMENTARON CANAL
Perú también cementó el Canal Uchusuma en el lado chileno, lo que provocó el inmediato colapso de bofedales aledaños que dejaron de irrigarse por la filtración de sus aguas, en el curso de los últimos 30 años, por lo mismo, el senador por Arica y Parinacota pidió oficiar a la Cancillería de tal forma de saber si autorizó a Perú a cementar esas graves y dañinas obras.
“También es necesario estar al tanto de acciones concretas emprendidas por la Cancillería chilena en el pasado, en vista del progresivo y acelerado desecamiento de Laguna Blanca. Por todos estos aspectos es que solicité a la Presidencia del Senado, en la Sala, que se oficie al Ministerio de Relaciones Exteriores para que nos de cuenta de su accionar”, dijo el parlamentario UDI.